lunes, 4 de mayo de 2009

EXPERIENCIAS TEMBLOROSAS

Ya que está como de moda esto de los temblores les voy a contar mis experiencias con ellos, a parte de que me dan mucha risa las expresiones que se utilizan en estas situaciones como: ¿Lo sentiste? Yo lo sentí. Yo no sentí nada. Jajajajajajajjajaj. Bueno aquí van:

La primera vez que lo sentí:

Fue hace muchísimos años, todavía no vivía en este caótico valle. Era un día normal, tranquilo, un fin de semana cualquiera en las pacíficas ciudades gemelas. Me encontraba viendo televisión. Tirada en la cama como si mi mundo se hubiese paralizado. Me pasa que cada vez que veo televisión entro como en un estado de trance. Me concentro demasiado. No existe mosca que corte la conexión entre ese despiadado aparato y yo. Hasta que llegó. Lo sentí. Mi cama se movió como si debajo de ella estuviese una olla gigante con agua hirviendo. Como si las burbujas del agua movieran aleatoriamente el natural estado horizontal de mi cama. Como si la mano gigante del diablo hubiese emergido mágicamente de la tierra y hubiese sostenido mi cama como una bandeja sin mucho equilibrio. Sí señores, pensé que era el mismísimo diablo el que estaba causando ese zaperoco. Vergaciooooooooooon, me cagué muuuuuuchooo...!!!! Grité como una locaaaaa... Pero ni de vaina grité "Que me lleve el diablo" Nojodaaaaa y ¿si se lo tomaba en serio y más rápido se hacía el hueco al infierno? ¡Queeeee suuuuustoooooo!. Revivo el momento y se me acelera el corazón. Menos mal que era fin de semana y mi papá estaba en la casa, y a penas pudo llegó al cuarto de donde provenían esos alaridos. - Es solo un temblor - dijo, - ya pasó -. ¿Un temblor? nojombreeeee ¿un temblorcillo? Yo si soy bien gallina. Que diablo ni que ocho cuartos.



La segunda vez que lo sentí.

Esta experiencia fue mucho más placentera. Y fue la que sucedió el día de hoy en la madrugada. Gracias a este temblor me di cuenta que tengo el sueño bieeeeeeeen pesado...! O que mi subconsciente después de aquella primera traumática experiencia decidió no alarmarse por más nada, o será que gracias a mi filosofía de vida en la que hay que encontrarle el lado bueno a todo, pasó lo que pasó. Bueno les cuento y ustedes saquen sus propias conclusiones.

Me encontraba, ahora sí, en este caótico valle. Pero esta noche no tenía nada de caótica. Fue una de las pocas noches en las que no me quedo dormida con el televisor prendido, menos mal, porque cada vez que me despierto y está prendido me da una arrecherita. Pienso que estoy poco a poco matando al planeta. Pero bueno, esta vez estaba apagado. Era una noche bastante tranquila. Estaba soñando no me acuerdo muy bien que, cuando de repente vuelvo a sentir el movimiento de mi cama. A duras penas me despierto. Es más todavía ni se si estaba dormida o despierta. El punto es que dormida, despierta o entredormida, esta vez disfruté el temblor. No fue que yo quise disfrutarlo, sino simplemente pasó. Fue corto lo que me acuerdo. Pero está vez no fue aterrador para nada. Sentí como si mi cama fuese la alfombra voladora de aladdin que me llevaba a visitar ciudades a vuelo de pájaro, o algún tipo de pez que me llevaba a pasear por el fondo de los océanos. 

Mi cerebro decidió disfrutarlo por un momento, para después de unos segundo volverse a dormir. Fue como estar en una cama de masajes o estar bajo los efectos de una droga. Solo me dejé llevar por un corto instante para luego volver a mi profundo sueño.

Ahora ustedes me dirán. ¿Es eso normal? O está bien que mi cerebro haga lo que le de la gana.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo todavía no lo he sentido nunca... creo que soy frigida y que mi sueño es muuuuuuuuuuuuy pesado :P

Debo!

Jesús Escovar dijo...

no lo se..
para mi los temblores son nulos!

Sadaofujiwarasan dijo...

prueba a hacer la experiencia ahora despierta para ver que hace tu cerebro... pero tendras que esperar al proximo jeje... yo me cagaria mucho

PD: lo que no me va a dejar dormir ahora es la foto esa del diablo, no pudiste encontrar una mas fea y literal?

Eliú Sánchez G. dijo...

Jajaja... los temblores son muy locos, una ves en San Diego vivi uno horrible.